lunes, 16 de diciembre de 2013

Tienda de palabras “25 de diciembre”


La jornada en la tienda de palabras estaba a punto de terminar cuando en la puerta de la entrada se escuchó un golpecillo. Al abrir, descubrí al vocablo NAVIDAD a punto de perder el sentido por lo que solo alcanzó a decir “ayúdame”.

Presto la llevé a la sala de etimología para tratar de resucitarla. Intenté primero la reanimación cardiopulmonar (RPC), la cual resultó poco efectiva. Entonces usé dos diccionarios de Joan Coromines como desfibrilador:
—¡Atrás!
—¡No responde!
—¡Otra vez!
—¡Atrás!
—¡La tenemos! ¡Rápido, llévenla a la plancha!

Necesitaba una cirugía de emergencia porque la acumulación de sinsentidos le había provocado un ataque sincrónico de significados.

Inicié con pequeñas incisiones para evitar una deformación mayor. Era increíble la cantidad de elementos que fui extrayendo: renos, nieve, un tipo obeso con traje de color rojo, árboles adornados, pesebres, pastores, un caballo, un elefante, un camello, tres monarcas mágicos, obsequios, litros de bebidas embriagantes, una gran variedad de platillos, anuncios de diversos tipos, música, miles de metros de luces de colores, adornos de todo tipo, toneladas de abrazos y besos, piñatas de diversos personajes…

Además de todo lo anterior, extirpé miles de palabras, entre las que se encontraban «felicidades», «reflexión», «regalo», «amor», «convivencia», «deseos», «compartir», «fiestas», «comprar», «lista», «magia», «perdón», «en esta fecha», «quiero», «baile», «posada», «gasto», «dinero»…

Después de mucho tiempo y trabajo, terminó la operación.

La paciente quedó irreconocible. Poco a poco recuperaba el sentido. Lo primero que preguntó fue “Quién soy”.
—Eres, según el “Diccionario de la lengua española”, la «Natividad de Nuestro Señor Jesucristo».
—¿Qué era antes? —cuestionó algo apenada.
No puede responderle porque repentinamente entraron varios individuos con el rostro cubierto y amenazando con billetes de gran denominación; algunos de ellos vestían con sotanas, otros con trajes muy costosos y unos más con ropa de calle. Gritaban con faltas de ortografía y sin dejar de apuntar se llevaron a NAVIDAD.

Sé que NAVIDAD está viva, pero sigue siendo explotada por los tipos que la secuestraron. Me enteré por un amigo que le realizaron una cirugía semántica mayor con un lingüista sin licencia, ahora difícilmente podrá ser reconocida.

Twitter: @gerardocejag

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