lunes, 28 de octubre de 2013

¿Homologar el IVA?



En fecha reciente, la Cámara de Diputados aprobó un incremento de cinco por ciento al impuesto al valor agregado (IVA) en la zona que se conoce como la franja fronteriza, quedando en 16 %. De esta manera el IVA será el mismo en todo el país, en caso que los senadores avalen lo aprobado por los diputados. Este aumento provocó la movilización del sector empresarial de Sudcalifornia y de las autoridades estatales, cuya sigla partidista es distinta a la que propuso el incremento. En algunos espacios de publicidad fija que paga la Coparmex de BCS se puede leer “NO a la homologación del IVA en zona fronteriza”.

Lo que me llama la atención es la palabra «homologar». De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española “homologar” significa: “Equiparar, poner en relación de igualdad dos cosas. Dicho de un organismo autorizado: registrar y confirmar el resultado de una prueba deportiva realizada con arreglo a ciertas normas. Dicho de una autoridad: contrastar el cumplimiento de determinadas especificaciones o características de un objeto o de una acción”. La palabra se deriva de «homólogo» y esta de «homología» que significa: “Relación entre las personas que ejercen cargos iguales en ámbitos distintos”.

En el caso del IVA, no podemos decir propiamente que se quiere homologar porque este impuesto es federal, solamente se podría hacer si existiera un «IVA estatal». Un ejemplo que ayudaría a entenderlo mejor es la marca del burrito más grande del mundo que hace casi tres años se implantó en La Paz. Para que fuera reconocido como tal se tuvo que homologar el proceso de elaboración tal y como lo dictaba el Guiness World Record, ya que entre los lineamientos establecidos se obligaba a que el burrito se hiciera con una sola tortilla de harina y no con varias como lo programaron en un principio los integrantes de la Canirac. A fin de cuentas, el 3 de noviembre de 2010 se elaboró un burrito de pescado de 2.7 kilómetros de largo. Otro ejemplo es la homologación del código penal estatal con el federal, en este caso pondríamos “en relación de igualdad dos cosas”, lo que significaría castigar de una sola forma los delitos. De igual manera, podemos homologar a una persona común y corriente con el presidente Barack Obama eligiéndola mandataria del país.

El término correcto en este caso es «ajustar»: “Hacer y poner algo de modo que case y venga justo con otra cosa. Conformar, acomodar algo a otra cosa, de suerte que no haya discrepancia entre ellas”. Lo recomendable hubiera sido escribir: “No al ajuste del 16 % del IVA en zona fronteriza”, “No al incremento del 5 % del IVA en zona fronteriza”.

No está de más recordar que las frases «reforma hacendaria», «reforma fiscal» «reforma energética», deben de escribirse con minúsculas porque no son nombres propios.

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lunes, 21 de octubre de 2013

La escritura en redes sociales


Hace no menos de 20 años, la forma más usada para comunicarnos a distancia era el teléfono fijo, el telégrafo y el correo tradicional. Después de que el teléfono se volviera móvil, el telégrafo cambiara a SMS y el correo se hiciera electrónico, los hábitos se modificaron vertiginosamente, entre ellos la manera de escribir.

El posterior desarrollo de las redes sociales permitió que las distancias se acortaran mucho más y la información fuera casi en tiempo real. Miles de personas se comunican a través de Facebook y Twitter, mandan archivos o comparten información. Algunas veces han servido para generar movimientos sociales con repercusiones importantes.

Actualmente en las redes sociales se escribe más pero con poca calidad: faltas de ortografía, sintaxis inexacta, excesivo uso de abreviaturas y la utilización fonética de letras por palabras. Todo ello criticable desde el punto de vista lingüístico; sin embargo, las personas se entienden y pueden comunicarse, además existe la libertad de hacerlo como mejor les parezca, pues no hay ley que se los impida.

Lo importante es que esas fallas gramaticales en el ciberespacio no traspasen a las actividades cotidianas, como la escuela o el trabajo, porque ahí sí puede afectarles. De cualquier modo, es recomendable intentar apegarse, en lo posible, a la buena redacción. Facebook, Twitter y la mayoría de los correos electrónicos tienen un corrector ortosintáctico incluido en sus espacios para publicar, es una herramienta útil que muy pocas personas aprovechan o le hacen caso. Sugeriría tomar en cuenta las advertencias antes de mandar la información, ello sería un buen inicio para comenzar a escribir bien.

Por cierto, de acuerdo con el Instituto Cervantes, el español es la segunda lengua más utilizada en Facebook y Twitter.

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lunes, 14 de octubre de 2013

La ortografía en los boletines


Todos los días en la Redacción recibimos boletines de prensa que envían entes públicos y privados; estos documentos informan sobre sus actividades o manifiestan la postura oficial de ciertos eventos. Los boletines le dan veracidad a la noticia.

Por lo regular la ortografía y redacción de los boletines de las instituciones gubernamentales, municipales o estatal, no se apegan mucho a las reglas gramaticales, lo cual obliga a los medios informativos impresos a emplear correctores ortosintácticos. Gran parte de las fallas no está en la redacción sino en la ortografía.

Una de las constantes es el uso de mayúsculas en los cargos de funcionarios: “El Gobernador Marcos Covarrubias inauguró…; “El Secretario de Turismo Rubén Reachi dijo que…”; “La Alcaldesa Esthela Ponce entregó…”; “El Diputado Fernández comentó que…”. Esta forma no es tradicional en la lengua española, pero sí en la inglesa o alemana. La ortografía española establece que deben de escribirse con minúsculas por ser nombres comunes. Posiblemente por razones de solemnidad o respeto se acostumbra este estilo, pero no se recomienda.

No está de más remarcar que la palabra «estado» se escribe con minúscula, ya sea que acompañe o no al nombre de Baja California Sur, porque es un sustantivo común; solamente cuando se integra como nombre propio se puede escribir con alta: Gobierno del Estado, Congreso del Estado. De igual forma  los días de la semana, los meses del año y las estaciones, así como las palabras golfo y malecón se escriben con minúscula por ser nombres comunes. También el signo de porcentaje (%) siempre va con un espacio entre el número: 20 % y no junto (20%), de acuerdo con la “Ortografía de lengua española”.

Los boletines de la Secretaría de Turismo tienen problemas con las comas, ya que suelen usarlas frecuentemente delante de los nombres propios: “Rubén Reachi, llegó de Canadá…”; “Claudia Ruiz Massieu, dijo que este año…”. La gramática establece que no debe separarse el sujeto del predicado con una coma. Se acepta cuando es un vocativo: “Te digo, Luisa, que no lo sé”; o si es un sintagma explicativo: “El secretario de Turismo, Rubén Reachi, llegará al puerto…”.

Otro problema ortográfico en Turismo es la palabra «estatal», pues continuamente se agrega al nombre oficial de la dependencia: “La Secretaría Estatal de Turismo organiza el…”; “La Secretaría de Turismo Estatal llevó a cabo…”. En estos casos la palabra «estatal» no forma parte del nombre oficial y es obligado anotarla con minúscula.

Lo criticable de los boletines de la Dirección General de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal (DGSPPPTM) es que todos están escritos con letras mayúsculas y sin acentos. Lo recomendable es el uso de altas y bajas.

Los boletines de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) tienen una redacción muy técnica: hueso frontoparietal derecho, cráneoencefálico, torácico-abdominal, en posición cúbito dorsal. Se entiende que los datos provienen de un reporte médico o de un perito; sin embargo, los encargados de prensa olvidan que quienes leen las notas son, en su mayoría, personas sin conocimientos médicos profundos. Más sencillo sería escribir que “una persona fue herida con arma blanca en el abdomen”.

En este mismo rubro, es constante el uso de “una persona del sexo masculino”, lo recomendable es escribir “una persona de sexo masculino”, porque la primera frase alude al miembro viril y la segunda, a la condición de hombre. También en ocasiones encontramos alguna bonita perla: “Una niña de sexo femenino”.

El uso correcto de las reglas ortográficas y de redacción impacta positivamente a la sociedad y ayuda a promover el buen español, además mantiene viva nuestra lengua. Tratemos, pues, de preservarla.

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martes, 8 de octubre de 2013

La influencia del habla


Un estimado compañero de trabajo me preguntó si lo correcto es decir “aruñar” o “arañar”, así que consulté el diccionario y descubrí que ambos términos son aceptados y los dos significan lo mismo. ¿Dos palabras para un mismo significado?, pareciera innecesario y lo es, además no es el único caso. La culpa de ello la tiene el habla.

El habla es la capacidad que tiene la gente para comunicarse verbalmente y el origen de la lengua. Los predecesores de los humanos usaban sonidos para tratar de entenderse y en algún momento esas emisiones de voz se convirtieron en palabras y nació la lengua.

La lengua es un conjunto de signos que un determinado grupo de hablantes pueda decodificar con base en normas previamente establecidas. Se calcula que existen alrededor de cinco mil lenguas en el mundo.

Al normarse la lengua se asegura su continuidad, porque se puede conservar a través del tiempo. Sin embargo, la lengua no es estática, sino que constantemente está cambiando ya sea por préstamos, nuevos inventos, descubrimientos o por los deformaciones de los hablantes.

Es a través de los hablantes que muchas palabras entran a los diccionarios. Tomando como ejemplo “aruñar” vemos que la Real Academia Española la señalaba como una forma coloquial de arañar, influenciado por uña, sin embargo ya aparece como “artículo enmendado”, es decir, en la vigésima tercera edición de este libro pasará a la lengua formal.

Las Academias de la Lengua toman como referencia el uso frecuente de una palabra para incluirla en el diccionario. Palabras coloquiales como “aruñar” terminan siendo aceptadas debido a su constante uso entre los hablantes, en otras palabras, la costumbre de repetir mal una palabra se hace ley. Lo anterior se vuelve un círculo virtuoso: el habla crea a la lengua, la lengua conserva el habla y el habla enriquece a la lengua.

El habla es dinámica y la lengua no, de ahí que mucha gente critique a las Academias por “rígidas” al no aceptar inmediatamente alguna palabra, pero no es tan sencilla la entrada a un diccionario, se necesita tiempo para generar consensos. Por ejemplo la palabra “Cantinflas” se incluyó en el diccionario por la fama que el actor Mario Moreno generó con su personaje en todo el planeta.

Siendo optimistas, quizá el dueto de Los Huizapoles logre algún día que “huizapolear” se incluyan en el diccionario. Yo propondría la siguiente definición: “Huizapolear: hablar en doble sentido con tono sudcaliforniano”.

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