martes, 7 de mayo de 2013

Madre, ¿solo hay una?



El próximo viernes 10 de mayo se celebra en México el Día de las Madres. La mayoría de las naciones tienen un día para halagarlas pero varía la fecha, por ejemplo en Estados Unidos es el segundo domingo de mayo. Sin duda, las mamás son los seres con más virtudes en este planeta y la mezcla de mujer y madre las vuelve una figura mítica, de ahí que, desde hace muchos siglos, los pueblos antiguos la celebren con grado de deidad.

En nuestro país una madre es sagrada por el simple hecho de darnos la vida, pero también porque podrían morir por defender a sus hijos, trabajar sin descanso para sacar adelante a la familia y ser el centro del núcleo familiar. Por eso, el peor insulto que puede recibir cualquier mexicano es la “mentada de madre”.

“Chinga tu madre” es una frase que cala a quien la recibe porque convierte a su madre en una prostituta y a él en un hijo de la chingada. “Con mi madre no te metas, cabr…” y comienza la bronca por defender el honor, pasando a segundo término el incidente que provocó la mentada. Por lo regular a los hombres les hiere más la mentada que a las mujeres.

Sin embargo, la palabra “madre” se suele usar para señalar o expresar cosas negativas: “valer madre (poco)”, “estar hasta la madre (harto)”, “madriza (golpiza)”, “ir hasta la madre (llenísimo)”, “correr a madres (rapidísimo)”, “partirse la madre (golpearse severamente o morir)”, “¿qué madres (cosa) es esto?”, “está madreado (descompuesto o inservible)”, “un desmadre (gran desorden)”, “darle en la madre (descomponerlo, golpear a alguien)”, “no importa madres (nada o muy poco)”, “ni madres (nada)”. Por ahí podemos encontrar una frase positiva: “a toda madre (muy a gusto)”.

La “madre”, de los ejemplos citados en el párrafo anterior, es una palabra polivalente sin relación con el vocablo original. Entender por qué usamos la palabra “madre” de esas formas no resulta fácil, pues no hay una lógica semántica. Su uso ha pasado de generación en generación de manera verbal por lo que podemos hablar de sincronismo al no poder rastrear su origen.

Su uso es tan constante que se ha vuelto una costumbre. Si ponemos atención escucharemos frecuentemente charlas aderezadas con muchas “madres”, tanto en adultos como en niños y jóvenes, estos dos últimos las suelen usarla por dos razones: la primera por la pobreza de vocabulario de los adultos quienes los acostumbran a hablar así; la segunda, como una forma de libertad, de sentirse adultos y expresarse como los “grandes” frente a los imberbes.

“Madre solo hay una” dice una frase y es verdad.

Twitter: @gerardocejag
http://cuestiondeestilobcs.blogspot.mx/

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