lunes, 15 de abril de 2013

Se escucha igual, pero es diferente



Si oye “un día crítico” y “un diacrítico” ¿notaría la diferencia? Quizá sí, siempre y cuando se pronuncien correctamente los acentos. Los acentos (tan poco usados en las redes sociales) son de suma importancia en la ortografía porque nos permiten conocer el significado exacto de las palabras, por ejemplo: hábito (vestido o traje que usan los religiosos y religiosas), habito (verbo habitar conjugado en primera persona en presente indicativo) y habitó (el mismo verbo, pero en pretérito conjugado en tercera persona). La tilde -esa “rayita” que aparece en las vocales- es la representación gráfica del acento prosódico y su colocación o ausencia depende de las reglas ortográficas las cuales conviene dominarlas.

Hay un grupo de palabras que se pronuncian y se escriben igual, pero su significado es distinto, así que para diferenciarlas nos apoyamos en el acento diacrítico:
Se/Sé: pronombre reflexivo personal/verbo ser.
El/Él: artículo/ pronombre personal.
Tu/Tú: adjetivo posesivo/pronombre personal.
Te/Té: pronombre personal/bebida aromática.
Mi/Mí: adjetivo posesivo; nota musical/pronombre personal.
De/Dé: preposición/verbo dar.
Aun/Aún: adverbio que significa: hasta, también, incluso o siquiera/todavía.
Si/Sí: conjunción condicional; nota musical/adverbio de afirmación.
Mas/Más: equivale a pero/adverbio de cantidad o comparación.

Recientemente la nueva “Ortografía de la lengua española” dejó fuera a la “o” diacrítica, la cual se colocaba entre números (2 ó 3 personas), porque con los nuevos programas de cómputo ya no cabe este error. También la palabra “solo” deja parcialmente este grupo, ya que se acepta su acentuación siempre y cuando el contexto donde se escribe se preste a una confusión.

La tilde diacrítica se usa además en los interrogativos y exclamativos cuando por su función así lo requieran: adónde, cómo, cuál, cuán, cuándo, cuándo, dónde, qué y quién. Ya sea cuando llevan signos de admiración (estilo directo) o cuando tiene significado de pregunta aunque no lleve los signos respectivos (estilo indirecto).

Las Academias de la Lengua Española establecieron reglas para un grupo de monosílabas que deben llevar tilde diacrítica, cualquier otra palabra de una sola sílaba no se acentúan (fe, fue, vi, ti, dio, ni, fui). Sin embargo, en casos de ambigüedad como “Tú ve por esa puerta y yo, por la otra”, donde no sabemos a qué verbo se refiere, si a “ir” o “ver”; o en “El agua para la sed” en que “para” podría se verbo o preposición, ¿cabría el acento diacrítico? La ortografía actual no lo permite, solo acepta al grupo ya referido, aunque no dudo que los académicos podrían considerar ampliar la lista de monosílabos si hay razones de peso para hacerlo. Así que por mientras, lo mejor es usar palabras más específicas o concretas sobre lo que deseamos expresar: “Tú mira por esa puerta y yo, por la otra” / “Tú entra por esa puerta y yo, por la otra”; “El agua contra la sed” / “El agua sacia la sed”.

Twitter: @gerardocejag

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