En fecha reciente, la Cámara de Diputados aprobó
un incremento de cinco por ciento al impuesto al valor agregado (IVA) en la
zona que se conoce como la franja fronteriza, quedando en 16 %. De esta manera
el IVA será el mismo en todo el país, en caso que los senadores avalen lo
aprobado por los diputados. Este aumento provocó la movilización del sector
empresarial de Sudcalifornia y de las autoridades estatales, cuya sigla
partidista es distinta a la que propuso el incremento. En algunos espacios de
publicidad fija que paga la
Coparmex de BCS se puede leer “NO a la homologación del IVA
en zona fronteriza”.
Lo que me llama la atención es
la palabra «homologar». De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española “homologar”
significa: “Equiparar, poner en relación de igualdad dos cosas. Dicho de un
organismo autorizado: registrar y confirmar el resultado de una prueba
deportiva realizada con arreglo a ciertas normas. Dicho de una autoridad: contrastar
el cumplimiento de determinadas especificaciones o características de un objeto
o de una acción”. La palabra se deriva de «homólogo» y esta de «homología» que
significa: “Relación entre las personas que ejercen cargos iguales en ámbitos
distintos”.
En el caso del IVA, no podemos
decir propiamente que se quiere homologar porque este impuesto es federal,
solamente se podría hacer si existiera un «IVA estatal». Un ejemplo que
ayudaría a entenderlo mejor es la marca del burrito más grande del mundo que
hace casi tres años se implantó en La Paz.
Para que fuera reconocido como tal se tuvo que homologar el
proceso de elaboración tal y como lo dictaba el Guiness World Record, ya que
entre los lineamientos establecidos se obligaba a que el burrito se hiciera con
una sola tortilla de harina y no con varias como lo programaron en un principio
los integrantes de la Canirac.
A fin de cuentas, el 3 de noviembre de 2010 se elaboró un burrito de pescado de
2.7 kilómetros
de largo. Otro ejemplo es la homologación del código penal estatal con el
federal, en este caso pondríamos “en relación de igualdad dos cosas”, lo que significaría
castigar de una sola forma los delitos. De igual manera, podemos homologar a
una persona común y corriente con el presidente Barack Obama eligiéndola
mandataria del país.
El término correcto en este caso
es «ajustar»: “Hacer y poner algo de modo que case y venga justo con otra cosa.
Conformar, acomodar algo a otra cosa, de suerte que no haya discrepancia entre
ellas”. Lo recomendable hubiera sido escribir: “No al ajuste del 16 % del IVA
en zona fronteriza”, “No al incremento del 5 % del IVA en zona fronteriza”.
No está de más recordar que las frases
«reforma hacendaria», «reforma fiscal» «reforma energética», deben de
escribirse con minúsculas porque no son nombres propios.
Twitter: @gerardocejag
http://cuestiondeestilobcs.blogspot.mx/
Gerardo Ceja García –siempre avizor– no se deja distraer por la alarma de la mala noticia. Sabe pasar por encima de ella, detectar el verbo inadecuado y hacer la precisión debida. Es una verdadera lástima que los medios (que deberían contribuir a preservar la corrección del lenguaje) no tomen nota y sigan día tras día incrementando la lista de errores y deseducando al pueblo. ¡Bravo, Gerardo! La lucha es ardua, pero no hay que claudicar. Firmado: GARY
ResponderEliminarGracias por su comentario, Gary. Seguimos en trabajando por el idioma. Saludos.
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