Al escribir, ninguna persona está exenta de
cometer errores, al fin que somos humanos. Desde que se inventó la escritura,
las faltas ortográficas e imprecisiones van ligadas con ella. En un artículo
publicado por la correctora de estilo Ana Lilia Arias, nos habla sobre este
tipo de equívocos a través del tiempo. Uno de ellos es sobre la publicación de
un libro que fue recibido en la imprenta con el título “El arca de David” y creyéndose
que era un error se cambió “David” por “Noé”. Después de publicado, el autor dijo
que la falla estaba en la palabra “arca”, así que lo correcto debió ser “El
arpa de David”.
También cuenta Ana Lilia Arias que en 1798 en
la edición de “Telémaco”, en la primera página apareció “Pelénope” en lugar de “Penélope”.
Una compañera del trabajo me comentó que vio
muchas faltas de ortografía en la información turística del nuevo directorio
telefónico de BCS. Y sí, en la edición 2013 encontré varios errores y un texto sin
estilo. Los de la Sección Amarilla argumentaron que la Secretaría de Turismo
estatal (Secture) envió así el documento.
La Secture maneja un presupuesto importante
para la promoción del estado en el país y en el extranjero. La información
turística con faltas de ortografía puede dar la impresión de que somos un
estado rústico y analfabeta. Pareciera un detalle sin importancia, pero no lo
es, porque al ahorrar unos pesos, damos una imagen contraria a nuestra
realidad.
Evidentemente se puede explicar, mas no
justificar.
Twitter: @gerardocejag
http://cuestiondeestilobcs.blogspot.mx/
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