La onomatopeyas son “vocablos que imitan
o recrean el sonido de la cosa o acción nombrada”, escribe el Diccionario de la
REA. La palabra viene del griego
onomatopoiía (onoma, -atos, nombre + poieo, hacer). En el español contamos con
una importante cantidad de palabras onomatopéyicas: zumbar, croar, aullar,
berrear, maullar, rugir, cuchichear, murmurar, chanclar, crujir, ulular, cloquear,
cacarear, mugir, piar, crepitar, tiritar y más recientemente cliclear.
En la literatura las onomatopeyas ayudan
al escritor a representar sonidos necesarios durante la narración: “Gustavo
Adolfo estaba a un clic de provocar el mayor robo cibernético de la historia
moderna”; “Se escuchó un auuu tan triste, que la niña dejó de tener miedo”; “El
zum de las balas se oía cada vez más cerca”; “Mafalda nunca supo si el “guau”
de su mascota significaba sí o no”.
Sin embargo, las voces onomatopéyicas
varían según el idioma que se hable. Por ejemplo, en español escuchamos a un
perro ladrar “guau guau”, sin embargo el mismo animal en Indonesia sonaría “guk
guk”; en catalán se oye “bup bup”; en Japón, wanwan; en Albania “ham ham” y en
Inglaterra hace “bow-wow o woof”.
Los sonidos son los mismos en cualquier
parte del mundo, la diferencia es como los captamos y formamos las palabras. El
estudio de las onomatopeyas ocupa un lugar en la lingüística y es una rama muy
seria.
En la página de E. S. L. Idiomas en el
extranjero, encontrará un interesante trabajo de voces de animales en
diferentes idiomas, que además de ilustrativo también se puede divertir con sus
hijos. El enlace es: http://www.esl-idiomas.com/es/voces-animales.htm
Twitter: @gerardocejag
http://cuestiondeestilobcs.blogspot.mx/
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