Tabú es una palabra polinesia que el capitán
Cook introdujo al inglés y de ahí paso a otras lenguas y significa cosa
prohibida. Hace referencia a personas, animales lugares y, por supuesto, a
palabras. En nuestra cultura, tabú puede ser sagrado, misterioso, peligroso,
prohibido o inmundo. Los tabúes se hayan comprendidos en tres grupos según su
motivación sicológica: al miedo, sentimiento de delicadeza y, por último, decencia
y decoro. El eufemismo es el modo de expresar con suavidad y decoro ciertas
ideas. En cierto modo el eufemismo viene a ocupar el lugar de la palabra tabú.
Retrete es una palabra tabú que provienen del
latín “retractus” y originalmente se refería a un cuarto pequeño para
retirarse, pero ahora se llama así a la instalación para orinar y evacuar el
vientre. En un lugar público, difícilmente preguntaríamos: “Disculpe, joven
¿dónde está el retrete?”. Por ello se ha creado eufemismos como: WC
(watercloset), toilette, lavamanos, tocador, y baño como el más usado.
Los padres de familia son prolíficos
creadores tanto de tabúes como eufemismos para referirse a lo sexual cuando
hablan de ello con los hijos. Pollito, pajarito, cosita, dedito, florecita,
pitito, son algunas formas con las que denominan al aparato reproductor masculino
o femenino. También al referirse a cuestiones escatológicas: pipí y popo.
La palabra “amante”, en antaño era de uso
corriente pero se volvió tabú en la actualidad. El amante era alguien enamorado
de la mujer; ahora se refiere a un amor ilícito. Decir que fulano es amante de
zutana, resultaría ofensivo para la familia de la muchacha, por eso mejor
decimos que son novios.
En relación con la unión sexual, cuando hay
coito dicen ahora “hacer el amor”. No es raro que un niño le diga a su papá:
¡Mira, apá, uno perros haciendo el amor! Antiguamente hacer le amor era
cortejar a la mujer, y por supuesto, no existía connotación sexual. Piense que
pasaría si el novio le dice al padre de la muchacha: “Señor, quiero hacer el
amor con su hija”.
Actualmente la obesidad y el sobrepeso está
considerada una pandemia en nuestro país. Es muy recurrente el uso de
eufemismos para esconder la realidad: gordito, llenito, robusto, pachoncito.
Términos como viejo o anciano para algunas
personas resultan despectivos y hasta ofensivos, por ello usan “adultos de la
tercera edad”, “adultos en plenitud” o “adultos mayores”. Sin embargo, estos
eufemismos son no recomendables por cuestiones sintácticas.
En el 2000, el presidente Vicente Fox Quesada
utilizó el término “personas con capacidades diferentes” para referirse a
quienes viven con desventaja física, intelectual o sensorial con respecto al
resto de la población. Este término carece de fundamento etimológico, médico y
legal porque en el 2006 fue sustituido por el de “discapacidad” en el artículo
primero de nuestra constitución. Para algunas personas, el término “discapacidad” puede
ser peyorativo, pero se recomienda usarlo ya que es una palabra
aprobada en consenso por la
Organización de las Naciones Unidas. Los que nos corresponde
a nosotros es superar el aspecto negativa que se le impuso para referirse a
este grupo de personas, quienes merecen todo el respeto y la compresión de los
demás.
Hay palabras tabú que por creencias
religiosas no se pueden pronunciar. A los judíos no les estaba permitido
referirse directamente a Dios; utilizaban en su lugar la palabra “señor”.
Por miedo, respeto o cortesía, los tabúes
seguirán existiendo, claro que irán cambiando conforme a las generaciones.
Twitter: @gerardocejag
http://cuestiondeestilobcs.blogspot.mx/
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