¿No tenemos ya suficientes
palabras como para crear más? Existen miles de vocablos en nuestro idioma,
muchos de ellos ya no se usan y decimos que son arcaicas; otras casi nunca las utilizamos
por ser muy especializadas o desconocidas para la gran mayoría de los
hablantes.
Se estima que existes unas
trescientas mil palabras en el español, aunque nunca las he contado, y por ello prefiero
decir mejor que son muchísimas y no ponerles un número limitante. Se dice también
que en promedio, una persona común usa alrededor de 300 palabras, 500 si es
instruido y alguien que se dedica a la literatura puede usar hasta tres mil
palabras.
Independientemente de los
datos y cifras, en la realidad cotidiana nos enfrentamos a un déficit de
palabras al hablar, principalmente entre los jóvenes y ya muy extendido en los
adultos, porque alguna vez ellos fueron muchachos.
Tampoco se trata de sacar en
cada charla palabras “domingueras” para lucir instruido, sino darle “nombre y
apellido” a los objetos que nombramos. Evitar el uso de “genéricos” cuando
platicamos, como la palabra “madre” y sus derivados, los cuales suelen
reemplazar al sustantivo adecuado: “Cuánto cuesta esta madr…”, “¡Qué madr… es
esto!”, “Dale unos madr…zos a ver si arranca”. La pobreza de palabras no es un
indicativo del nivel social del individuo, porque el problema es de hábitos no
de dinero. Conocer los términos correctos nos permitirá ampliar nuestro
vocabulario y si además desterramos las palabras “fáciles” del hablar
cotidiano, mejoraremos sustancialmente nuestro idioma.
Se está haciendo un
importante esfuerzo para que las nuevas generaciones lean y escriban más, el
camino es largo y difícil, pero si se logra el objetivo será beneficioso para
el país. La lectura enriquece sustancialmente nuestro léxico; escribir ayuda a
ordenar las ideas y ambas actividades complementaría la formación de ciudadanos
valiosos para la patria, que en verdad los necesita.
Twitter @gerardocejag
http://cuestiondeestilobcs.blogspot.mx/
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