La jornada en la tienda de
palabras estaba a punto de terminar cuando en la puerta de la entrada se escuchó
un golpecillo. Al abrir, descubrí al vocablo NAVIDAD a punto de perder el
sentido por lo que solo alcanzó a decir “ayúdame”.
Presto la llevé a la sala de
etimología para tratar de resucitarla. Intenté primero la reanimación cardiopulmonar (RPC), la cual
resultó poco efectiva. Entonces usé
dos diccionarios de Joan Coromines como desfibrilador:
—¡Atrás!
—¡No responde!
—¡Otra vez!
—¡Atrás!
—¡La tenemos! ¡Rápido, llévenla a la plancha!
Necesitaba una cirugía de
emergencia porque la acumulación de sinsentidos le había provocado un ataque
sincrónico de significados.
Inicié con pequeñas incisiones
para evitar una deformación mayor. Era increíble la cantidad de elementos que
fui extrayendo: renos, nieve, un tipo obeso con traje de color rojo, árboles
adornados, pesebres, pastores, un caballo, un elefante, un camello, tres
monarcas mágicos, obsequios, litros de bebidas embriagantes, una gran variedad
de platillos, anuncios de diversos tipos, música, miles de metros de luces de
colores, adornos de todo tipo, toneladas de abrazos y besos, piñatas de
diversos personajes…
Además de todo lo anterior,
extirpé miles de palabras, entre las que se encontraban «felicidades»,
«reflexión», «regalo», «amor», «convivencia», «deseos», «compartir», «fiestas»,
«comprar», «lista», «magia», «perdón», «en esta fecha», «quiero», «baile»,
«posada», «gasto», «dinero»…
Después de mucho tiempo y
trabajo, terminó la operación.
La paciente quedó irreconocible.
Poco a poco recuperaba el sentido. Lo primero que preguntó fue “Quién soy”.
—Eres, según el “Diccionario de
la lengua española”, la «Natividad de Nuestro Señor Jesucristo».
—¿Qué era antes? —cuestionó algo
apenada.
No puede responderle porque repentinamente
entraron varios individuos con el rostro cubierto y amenazando con billetes de gran
denominación; algunos de ellos vestían con sotanas, otros con trajes muy
costosos y unos más con ropa de calle. Gritaban con faltas de ortografía y sin
dejar de apuntar se llevaron a NAVIDAD.
Sé que NAVIDAD está viva, pero
sigue siendo explotada por los tipos que la secuestraron. Me enteré por un
amigo que le realizaron una cirugía semántica mayor con un lingüista sin
licencia, ahora difícilmente podrá ser reconocida.
Twitter: @gerardocejag
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