La gran mayoría de las personas que
saben leer, escribir y contar (tres conocimientos básicos) pueden aspirar a
tener una vida menos difícil en la sociedad. Para leer y escribir necesitamos
letras y para hacer cálculos, los números.
Cuando el ser humano comenzó a
contar lo hizo con los dedos de las manos y los pies, derivando un sistema
quinario (con base cinco), decimal (con base diez) y vigesimal (con base
veinte). También existía el sistema duodecimal (de base doce) cuya referencia
era el número de falanges de los dedos de la mano, en este caso no se incluía
los pulgares. Además de los dedos se usaron piedras, conchas, muescas, nudos,
etcétera. El término «dígito» viene del latín «digǐtus» que significa «dedo» y
«cálculo» del latín «calcǔlus» que alude
a «piedrecita».
Nuestro sistema de numeración
actual proviene del indoarábigo, el cual utiliza una fórmula de base decimal.
La posición de cada cifra nos permite saber sin equívoco la cantidad que
representa.
Cabe aclarar que los términos «número»
y «cifra» no significan lo mismo. Los números son entidades abstractas que
expresan cantidades: cinco; mientras que las cifras son los símbolos que
representan a los números: 5. Así pues, el número doscientos treinta se
representa con la cifra 230. También sería correcto decir que a este último
número lo componen tres cifras. Sí se pueden usar como sinónimos «cifra» y
«dígito».
Existen dos formas para
representar gráficamente a los números: por símbolos o cifras (0, 1, 2, 3, 4,
5, 6, 7, 8, 9), y mediante palabras a lo que se denomina numerales (diez,
undécimo, quinceavo). En la representación de los números es habitual que se
utilicen numerales cardinales por ordinales o fraccionario por ordinales.
Los números cardinales expresan
cantidades y normalmente funcionan como adjetivos: Llegaron tres personas; Calza
del ocho; Llevaba dieciséis cachoras en la mochila.
Los numerales ordinales expresan
orden o sucesión, es decir indican el lugar que ocupa un ente en un conjunto
ordenado: El “Checo” Pérez llegó en tercer lugar; Se inauguró el decimotercer
festival del libro. La actual “Ortografía de la lengua española” acepta la
escritura separada de los ordinales complejos: décimo tercero y decimotercero.
De igual forma no se censura la forma univerbal después del trigésimo: trigesimosegundo
y trigésimo segundo. También es aceptada la forma decimoprimera por undécima y
decimosegunda por duodécima
Cuando los ordinales se
representan en cifras, se pueden utilizar números romanos o arábigos, estos
últimos tienen una determinada escritura, por ejemplo 1.º, 1.ª o 1.er, se
recomienda el punto entre el número y la letra volada para evitar confundirlo
con el símbolo de grados. Se debe evitar el modo anglosajón: 1ro, 4to, 7mo.
Los numerales fraccionarios o
partitivos designan fracciones o partes iguales de una unidad. Así pues, no es
correcto escribir “Por otro año más, festejaremos el catorceavo festival de la
sardina” porque se refiere a un orden consecutivo de festivales y no a la parte
de un todo. Por ello lo correcto debió ser “Por otro año más, festejaremos el
decimocuarto festival de la sardina”. Donde sí hubiera sido adecuado es “solo
se ocupó una catorceava parte del aforo”.
Los números son muy versátiles,
ya que con ellos se puede dividir como el pan, sumar como la familia, quebrar
como el cristal, multiplicar como los conejos y restar como los amigos.
Twitter: @gerardocejag
http://cuestiondeestilobcs.blogspot.mx/
Gracias por la referencia de la aplicación Números TIP. Es una buena herramienta. Saludos.
ResponderEliminar